El yacimiento ha sido declarado como Bien de
Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica desde
Desde 1996 hasta el 2001, gracias a la
reapertura de las excavaciones por parte del Instituto Leonés de Cultura
(Diputación de León), se ha producido un avance significativo en el
conocimiento del poblado prerromano, en la ampliación del urbanismo romano y en
la evolución que experimentó la civitas en sus siete
siglos de historia.
A pesar de que poseemos elocuentes datos para
considerar que el antiguo solar lanciense estuvo
ocupado en época prehistórica, los hallazgos arqueológicos más evidentes
muestran que debió existir un pequeño núcleo en
Lancia entra en la historia gracias a las noticias que nos
han proporcionado los historiadores y tratadistas romanos: Floro, Orosio, Dión Casio, Ptolomeo o
Plinio, casi siempre vinculadas con la conquista del noroeste peninsular, en el
conocido bellum asturum por
las tropas de Octavio Augusto. Por medio del general Publio Carisio
la ciudad fue tomada el 26-
Muy probablemente, desde fines del s. I o
principios del s. II, durante la dinastía flavia,
debió de alcanzar el grado de municipium flavium, categoría deducida por la trayectoria del lanciense Lucius Lunius Maro, que hizo carrera en la administración
hispano-romana y por los tipos de edificaciones públicas que hoy conocemos en
la antigua ciudad. Este período es el que marca el auge de las construcciones
públicas, la red de alcantarillado y el urbanismo general, de planta reticular.
Durante el Bajo Imperio se produjo una nueva situación en la civitas lanciense, acorde con la
crisis de las ciudades romanas. Los edificios públicos sufren una amortización
por, parte de construcciones privadas. Este hecho se observa en Lancia con la reutilización del mercado por dependencias
domésticas de poca calidad edilicia. A finales del s. IV o principios del V la
ocupación permanente se abandona definitivamente.
AULA
ARQUEOLÓGICA.-
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Las termas de Lancia
fueron excavadas por el profesor Jordá Cerdá en los
años 1956-1961, ocupando un espacio entre dos calles o decumani.
Se trata de un pequeño edificio data de a finales del S. I d. C., que con el
tiempo se modificó y se amplió. Consta de un pasillo distribuidor desde donde
se accede a las habitaciones principales: un posible apodyterium,
o vestuario, unas letrinas; un frigidarium o sala
fría que con tenía una piscina; y varias salas calientes que se corresponden
con el tepidarium o pronigeon
(sala templada) y la cella caldaria, sala de calor que se define por el hipocaustum, un suelo elevado en cuyo interior circula aire
caliente, mantenido por un horno o praefurnium. Hacia
el noroeste y sur, el conjunto presenta nuevas estancias que parecen repetir el
esquema de habitaciones caldeadas y frías, de las cuales la más característica
es una pequeña habitación absidada. Hacia el oeste
también se ampliaron, con la construcción coetánea del mercado, por medio de un
muro de contención provisto de contrafuertes que sostenían unas nuevas
letrinas. El mercado ha sido descubierto en las excavaciones de realizadas por
el Instituto Leonés de Cultura y pertenece a uno de los tipos más sencillos que
se conocen. Es un edificio simétrico, seguramente de principios de siglo II
d.C. que se construyó posiblemente por las élites romanizadas de la ciudad. Al
mismo se accedía por una puerta principal desde una calle que discurre de norte
a sur (Cardo). Desde aquí se entraba a dos grandes vestíbulos que debían
sostenerse por medio de columnas o pies derechos de madera y, más tarde, se
llegaba a un pasillo porticado que albergaba cuatro columnas. El suelo del
patio era de ladrillo. Desde el pasillo se accedía a las tiendas, un total de seis,
en series de tres a cada lado. El conjunto se completaba con otra pequeño
edificio anexo, entre el mercado y las termas, que debió de estar semiabierto.
Tanto el mercado como las terma conservan sistemas de drenaje o cloacas, lo que
indica el uso interno de agua. Las mercancías comercializadas, que servían para
marcar los precios de referencia en la ciudad, eran los alimentos de calidad,
como el pescado y la carne.
El Aula Arqueológica: Ciudad de Lancia se creó en el año 2000 como aportación del ayuntamiento
de Villasabariego al conocimiento y difusión de este
legado patrimonial y viene a mostrar algunos aspectos reseñables del yacimiento
lanciense desde
La vitrina 1 muestra restos de cerámica,
restos óseos, líticos y metálicos de
(Sacado literalmente del Ayto. Mansilla de las Mulas)
Ubicación de la Ciudad de Lancia Cimientos de la Ciudad de Lancia