Lancia

 

Lancia; la ciudad astur destruida por los suevos

 

 

         Desde el Instituto  Leonés de Cultura, se está tratando que salga a la luz pública y deje de ser una gran desconocida, tanto en el ámbito provincial, regional y nacional. Ahora mismo quedan los restos en el cerro y cima, pasando el canal de riego, nos encontramos con Lancia, debajo de ella Villafañe.

Don Cassio, llamó a Lancia Maxima Asturiace Urbs,  y Floro Validisima Civitas.

         Los habitantes de Lancia vivían en la edad de la piedra pulimentada. Su población eran astures, raza ídem a la cántabra. Los astures se agrupaban en once tribus, una de ella asentada en el cerro de la ciudad de Lancia. Se les atribuían treinta y tres clanes.

Por esa época la ciudad astur llamada Asturica Augusta, Astorga, recibe su nombre gracias a la cesión de un campamento como legado de Augusto. También Brigaecium, Benavente, Inter-Amnium, entre Astorga y Lancia, Angenteola, Bergidum, Maliaca, Legio VII, hoy León. De entre todas ellas era Lancia la más grande.

         Menos cultos que los celtíberos de Numancia, no comercian, el hombre guerrea o está sentado, beben cerveza de trigo o cebada, también bebían agua. Trabajaban el barro, ya que los descubrimientos que se han hallado en Lancia se encuentran vasijas y pesos de barro. Para comer se sentaban por orden fijo y la comida era servida en rueda. Se lavaban con orina vieja, tenían el pelo largo y vestían una túnica de lino o lana y dormían en el suelo.

        

En sus algaradas robaban a los vacceos de Palencia. Las mujeres eran las que trabajaban, era el predominio del matriarcado. Éstas cuando parían, una vez lavada la criatura volvían al trabajo y el hombre se echaba en el suelo con el neonato para insuflarle el espíritu paterno, siendo atendido por la mujer. Eran lo que se denominaba “la covada”

         Las mujeres en esa sociedad cántabro-astur tenían una gran importancia. Una vez muerto el marido la herencia pasa a manos de la mujer y estas a su vez se casaban con los hermanos del muerto. Cada mujer tenía varios maridos, se desconoce pues el verdadero padre de los hijos, el hermano de la madre protege a ésta y a sus hijos y llegando a la época de Augusto, es cuando la mujer tiene un solo marido.

Augusto el taimado según sus coetáneos, so pretexto del patriotismo, asoló a los astures y cántabros. Se retiró enfermo de melancolía a Tarragona y le curó el médico español Antonio Musa. Augusto por su parte confió el ataque a Lancia a su general Publio Tito Carissio. De esta conquista hablan Dión Casio, Floro, Orosio, Plinio, Ptolomeo y el Itinerario de Antonimo.

         Carissio, Legado de Lusitania, venció a los astures en la tercera guerra que sostienen los romanos contra los cántabros-astures, el año 25 antes de Cristo. Los romanos estaban situados cerca de Benavente y fueron avisados por los benaventinos, que traicionaron a los astures en represalia por las incursiones vandálicas que habían sufrido, porque les robaban el trigo. Los romanos no eran legionarios, eran las cohortes que acompañaban a las legiones, porque la IV se hallaba en Cantabria y las VI y X en Gallaecia.

 

 

Al vencer Carissio a los astures, éstos se refugiaron en Lancia, que era la más grande de las ciudades satures, tanto que media mil metros de norte a sur y quinientos de este a oeste. Carissio no la destruyó la tomó y la conservó como monumento de su victoria.

En Cantabria en el año 25 no hubo guerra, por ello Augusto vino a Lancia tomando a los lancienses como rehenes, a otros los vendió como esclavos.

         En Lancia se trabajaba el vidrio, la plata, piedras preciosas y alhajas de oro. No todo el oro que se descubrió en Las Médulas por parte de los romanos lo exportaban a Roma, sino que parte de él se quedaba en Lancia. Decir que los romanos para garantizar el transporte y vigilar las excavaciones de Las Médulas y de las minas de cobre de Cármenes y Villanueva, establecen la Legión VI.

El oro que se quedaba en Lancia lo elaboraban los que allí habitaban, La relación comercial entre Lancia con la Legión VII era extraordinaria, sin ir más lejos con el tiempo una ciudad romana construida sobre el casco astur.

El culto imperial a Augusto que los municipios o ciudades le tenían corrían a cargo de los famines, sacerdotes o pontífices. Eran los sacerdotes familiares o paterfamilias, con culto a los dioses o emperador.

         Según Schulten, en Lancia había 4.223 flamines, hombres libres, no esclavos. A esto habrá que sumarle otras tantas mujeres y otros tantos niños, hasta poblarse en unos quince mil habitantes.

Para que haya una ciudad hace falta que haya población civil estable. A los campamentos romanos acudían diariamente gentes de negocios que levantaban sus tenderetes a lo largo del camino, vividores de ambos sexos que acabaron por establecerse fijos, echando bases de una población civil, parásita de la militar. A todo este tinglado de viviendas, barracas y mercadillos los romanos le llamaban “cannabae”

         La población militar pide un aglutinamiento con la población civil, este aglutinamiento es la familia. Al legionario romano se le tenía prohibido el matrimonio, mientras estuviera de servicio. Si lo había contraído antes, no se legitimaba hasta que no se hubiera licenciado y, tenían que cumplir veinticinco años de servicio. No había mucho rigor en esta disciplina, se toleraba y aún se favorecía.

         El soldado tomaba a una concubina, bajo la capa del sirviente (la focaria), cocinera, ama de llaves, etc., y tenía hijos con ella. El legionario reconocía la familia, así aparecieron las viviendas fijas de campamento de la Legio VII Germina Pia Felix. Los nacidos se llamaban ex –castris y fueron admitidos como reclutas en la Legión, con lo que la Legión se nutría de sí misma. Esto mismo ocurría con las demás Legiones, así se formó el municipio romano La Decuria Lictorum.

         Los cannabari  de la Legio VII constituían numerosa población, tanto que solía haber un 80% de nombres romanos y un 20% con nombres indígenas. Se conserva una lápida dedicada a un soldado raso de la Legión VII, llamado Aurelios Lulianos, que murió a los 35 años, en el siglo II y que su esposa se la dedica su focaria, llamada Postumia Marcela.

Estas focarias  de la cannabae de la Legión VII, en su gran mayoría procedían de las mujeres astures de Lancia. Las más bellas nutrían las quintas de asueto y placer de la oficialidad romana que la Legión tenían en Navatejera y por los márgenes de los ríos Torío y Bernesga.

León en su alumbramiento a la Historia nace quizá más por el ímpetu generativo de las guapas focarias lancienses y la atracción varonil de los guapos y apuestos mozalbetes latinos, que es la conjunción pasional de estas dos atrayentes e hirvientes sangres celtas y latinas.

Lancia; se trabajaba el vidrio, la plata y también piedras preciosas y alhajas de oro

 

 

Lancia ; su destrucción por los suevos fue total.

No dejaron edificios y se cree que los lancienses no huyeron, porque cuando se huye casi siempre se lleva consigo canto de valor hay.

En esta ocasión quedaron varias cosas.